Los cambios tecnológicos a lo largo de la historia han determinado la lógica y gestión de las organizaciones desde la revolución industrial. Estos precedentes hacen que haya que empezar a pensar en cómo la nube modificará los modelos de gestión.
Innovar en la adopción de nuevos paradigmas tecnológicos es una de las premisas subyacentes en la cultura corporativa de Lempert SA, compartimos este material conscientes del cambio que se avecina al que también apostamos con nuestros productos y servicios bajo modalidad Software As A Service (SaaS). Compartimos con ustedes esta nota sobre el impacto de la tecnología cloud en las empresas de Nota de Quentin Hardy, Jefe de Editorial en Google Cloud.
Las teorías y prácticas de gestión surgen y cambian en gran medida gracias a las oportunidades que se crean con el surgimiento de una nueva tecnología. En su momento, el desarrollo de piezas intercambiables estimuló nuevas ideas sobre cómo estructurar líneas de ensamblaje y logística. Los cálculos complejos del campo de la Investigación de Operaciones se pudieron desarrollar gracias a la creación de los ordenadores centrales. La tecnología cliente-servidor motivó que se crearan los sistemas de planificación de recursos empresariales y motivó que se empezaran a visibilzar los sistemas necesarios para la gestión de procesos comerciales (BPM, por las siglas en inglés de Business Process Management).
Estos precedentes hacen que haya que empezar a pensar en cómo la nube modificará los modelos de gestión. Especialmente si tenemos en cuenta que es la tecnología de información con más impacto en los últimos años. ¿Qué nos permite hacer de forma diferente y cómo cambiará la forma en la que hacemos las cosas?
La historia sugiere que los principales cambios que provoca la tecnología de la información en la gestión se producen a través de la forma en que se obtiene la propia información. Por ejemplo, el análisis a gran escala aplicado a la investigación de operaciones obligaba a una minuciosa recopilación de datos en torno a algunas métricas que después se transferían a tarjetas perforadas. Por su parte, BPM estudiaba las interacciones de las diferentes partes interesadas, desde la creación del producto y la cadena de suministro hasta el ensamblaje final.
Cómo están cambiando las organizaciones
Con la nube, la información viaja rápidamente en ambas direcciones a través de sistemas informáticos mucho más flexibles gracias a la virtualización de procesos, la facilidad para cargar contenido o establecer parches de seguridad automatizados en miles de máquinas. Estos procesos también conducirán a una estructura de trabajo mucho más flexible, en beneficio de los productos y servicios que se podrán ajustar para anticipar las necesidades del cliente. La clave de este nuevo sistema es la rápida recopilación y análisis de datos, seguidos de los cambios en la programación inalámbrica (OTA, por las siglas en inglés de Over The Air) del producto.
Las consecuencias más probables de trabajar en la nube incluyen modificar la forma en la que se diseñan los productos; establecer una mayor colaboración entre el departamento de IT y otras unidades de negocio, incluidas ventas, finanzas y previsiones; y tener más interacción con el cliente, incluso hasta el punto de desarrollar conjuntamente productos con los consumidores. En particular, las nuevas formas de escribir y desplegar el software fomentarán nuevos tipos de diseños de organizaciones más rápidos. La mejor manera de anticipar cómo ocurrirán estos cambios es escuchar a las empresas que ya los están implementando.
Para el jefe de plataformas en la nube de Pearson, una empresa global de enseñanza, Chris Jackson, la nube «ya está cambiando las organizaciones, moviendo el departamento de IT de ser centros externos a convertirse en piezas clave en la mesa de muchas reuniones». Por ejemplo, si Pearson se plantea un nuevo curso de aprendizaje online, Jackson estará presente en las primeras reuniones de diseño de producto, ofreciendo consejos sobre qué datos de interacción del usuario se deben recopilar y cómo y con qué frecuencia se puede modificar un curso. Anteriormente, el trabajo que hacía Jackson se centraba en preocuparse únicamente por cosas que sucedían en momentos más avanzados del proceso, tales como lanzar y mantener un programa.
La informática en la nube, ofrecida por compañías como Amazon Web Services, Microsoft Azure y mi empresa, Google Cloud, todavía se considera como una opción más económica y eficiente para que las empresas almacenen y procesen datos. El coste puede ser menor, pero sigue siendo un gasto, igual que los ordenadores tradicionales.
Bajar los costes ha sido motivo suficiente para que muchas empresas cierren sus centros de datos y pasen a considerar los asistentes de software y la computación como una serie de servicios bajo demanda. Otros utilizan un software informático en la nube en sus propios centros de datos como un medio para aumentar los recursos y trabajar más rápido.
Cómo afecta el diseño del producto y la experiencia del cliente
A medida que mejora la tecnología de la nube, cada vez es más fácil para las empresas crear productos y servicios basados en ella o modelar nuevos productos o campañas de marketing como prototipos de software basados en la nube. La nube también sirve de almacén común para recopilar y el analizar nuevos datos y el lugar donde se lleva a cabo un número cada vez más grande de operaciones de inteligencia artificial, como el reconocimiento de imágenes y de voz.
Ya hay bastantes evidencias de que esta transición se está produciendo dado que las start-up conciben cada vez más sus bienes y servicios principalmente como entidades centradas en software, de las cuales los datos se derivan continuamente. Los cambios y actualizaciones se vuelven parte de un proceso continuo y las funciones de la organización se van desvaneciendo a medida que los procesos se vuelven más repetitivos.
La compañía de transporte Uber ha enfatizado la importancia de su modelo de nube híbrida para garantizar no solo un tiempo de actividad constante, sino también una relación indivisible entre el desarrollo y la implementación del producto. Uber puede modelar una flota virtual de taxis de automóviles privados a través de una combinación de software móvil, análisis de datos a gran escala, mapeo y redes sociales.
Una dinámica similar de procesos redefinidos e iteración constante está sucediendo con los productos industriales. Oden Technologies es una nueva empresa con sede en Nueva York que construye sistemas de sensores para fábricas para llevar un monitoreo continuo y preciso de procesos grandes y complejos. Un proyecto reciente implicó la construcción de un sistema basado en tablets para realizar cálculos complejos en tiempo real. El producto, que normalmente tardaría de seis meses a un año en crearse, se terminó en 10 semanas gracias a las pruebas aceleradas y a la comunicación directa con el cliente sobre necesidades y especificaciones durante el diseño y la construcción. Con el tiempo, el diseño inicial y el prototipo se convirtieron gradualmente en un producto en cuya creación había participado el propio cliente.
Para el líder del equipo del proyecto, James Maidment, la nube permite que «la relación con los clientes sea más cercana». Maidment considera que esta interacción fue todo un éxito: «Nos desplegamos más rápido, obtuvimos directamente nuevos requisitos e hicimos las pruebas más rápido. En cierta medida, no tenemos un producto final, sino una relación con un cliente involucrado con su producto».
¿Qué más debe cambiar?
La relación constante entre la teoría gestión y la tecnología aplicada no debería sorprender a nadie. El padre fundador de Silicon Valley, William Hewlett, afirmaba que «no se puede gestionar lo que no se puede medir». Parece que seguir la lógica contraria también funciona: qué y cómo se mide algo influye en la forma de gestionarlo.
La pregunta que surge es cuánto tardará la nube en ser tan influyente para la gestión como el ordenador central o la informática cliente-servidor. En un artículo reciente, Erik Brynjolfsson, Daniel Rock y Chad Syverson descubrieron que las mejoras tecnológicas importantes pueden retrasar los beneficios de productividad durante años, incluso décadas. La razón más obvia de por qué pasa es que tienen que surgir una serie de nuevos cambios, junto con nuevas ideas sobre cómo utilizar esta tecnología, para que acabe de tener un impacto total.
El profesor de la Escuela de Administración y Dirección de Empresas Sloan del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Erik Brynjolfsson, cree que los avances basados en software, como la inteligencia artificial y el software centrado en la nube encontrarán su espacio más rápidamente que muchos de los avances anteriores. Por un lado, los costes más bajos significan que pueden ser adoptados rápidamente por empresas nuevas sin importar costes y viejas prácticas heredadas. A diferencia de los avances basados en hardware, la influencia se produce sobre el software en particular, algo que sucede cuando los equipos en toda la corporación crean productos y servicios usando lo que se denomina software nativo en la nube.
Brynjolfsson lo tiene claro: «Con la nube podemos replicar procesos de una forma más rápida». Sin embargo, cree que algunos pasos son necesarios antes de poder aprovecharla plenamente: «Debe existir mayor innovación en organizaciones, un capital humano más formado y que las instituciones sociales, como las infraestructuras y la regulación, se adapten a las nuevas tecnologías». Además, considera que «el mayor problema es que las nuevas tecnologías avanzan, pero la gente no piensa lo suficiente sobre sus implicaciones».
Fuente: Harvard Business Review, nota de Quentin Hardy, Jefe de Editorial en Google Cloud.